EL LAICO COMO
DISCÍPULO Y MISIONERO DE JESÚS
LOS FIELES
LAICOS
"Por
laicos se entiende aquí a todos los cristianos, excepto los miembros del orden
sagrado y del estado religioso reconocido en la Iglesia. Son, pues, los
cristianos que están incorporados a Cristo por el bautismo, que forman el
Pueblo de Dios y que participan de las funciones de Cristo. Sacerdote, Profeta
y Rey. Ellos realizan, según su condición, la misión de todo el pueblo
cristiano en la Iglesia y en el mundo" La vocación de los laicos.
"Los
laicos tienen como vocación propia el buscar el Reino de Dios ocupándose de las
realidades temporales y ordenándolas según Dios... A ellos de manera especial
les corresponde iluminar y ordenar todas las realidades temporales, a las que
están estrechamente unidos, de tal manera que éstas lleguen a ser según Cristo,
se desarrollen y sean para alabanza del Creador y Redentor" (LG 31). La
iniciativa de los cristianos laicos es particularmente necesaria cuando se
trata de descubrir o de idear los medios para que las exigencias de la doctrina
y de la vida cristiana impregnen las realidades sociales, políticas y
económicas. Esta iniciativa es un elemento normal de la vida de la Iglesia: Los
fieles laicos se encuentran en la línea más avanzada de la vida de la Iglesia;
por ellos la Iglesia es el principio vital de la sociedad. Por tanto ellos,
especialmente, deben tener conciencia, cada vez más clara, no sólo de
pertenecer a la Iglesia, sino de ser la Iglesia; es decir, la comunidad de los
fieles sobre la tierra bajo la guía del Jefe común, el Papa, y de los Obispos
en comunión con él. Ellos son la Iglesia

Como
todos los fieles, los laicos están encargados por Dios del apostolado en virtud
del bautismo y de la confirmación y por eso tienen la obligación y gozan del
derecho, individualmente o agrupados en asociaciones, de trabajar para que el
mensaje divino de salvación sea conocido y recibido por todos los hombres y en
toda la tierra; esta obligación es tanto más apremiante cuando sólo por medio
de ellos los demás hombres pueden oír el Evangelio y conocer a Cristo. En las
comunidades eclesiales, su acción es tan necesaria que, sin ella, el apostolado
de los pastores no puede obtener en la mayoría de las veces su plena eficacia
La
participación de los laicos en la misión sacerdotal de Cristo.
"Los
laicos, consagrados a Cristo y ungidos por el Espíritu Santo, están
maravillosamente llamados y preparados para producir siempre los frutos más
abundantes del Espíritu. En efecto, todas sus obras, oraciones, tareas
apostólicas, la vida conyugal y familiar, el trabajo diario, el descanso
espiritual y corporal, si se realizan en el Espíritu, incluso las molestias de
la vida, si se llevan con paciencia, todo ello se convierte en sacrificios
espirituales agradables a Dios por Jesucristo, que ellos ofrecen con toda
piedad a Dios Padre en la celebración de la Eucaristía uniéndolos a la ofrenda
del cuerpo del Señor.
De
manera particular, los padres participan de la misión de santificación
"impregnando de espíritu cristiano la vida conyugal y procurando la
educación cristiana de los hijos". Los laicos, si tienen las cualidades
requeridas, pueden ser admitidos de manera estable a los ministerios de
lectores y de acólito (cf. CIC, can. 230, 1). "Donde lo aconseje la
necesidad de la Iglesia y no haya ministros, pueden también los laicos, aunque
no sean lectores ni acólitos, suplirles en algunas de sus funciones, es decir,
ejercitar el ministerio de la palabra, presidir las oraciones litúrgicas,
administrar el bautismo y dar la sagrada Comunión, según las prescripciones del
derecho" Su participación en la misión profética de Cristo.
"Cristo,...
realiza su función profética no sólo a través de la jerarquía sino también por
medio de los laicos. El los hace sus testigos y les da el sentido de la fe y la
gracia de la palabra" Los laicos cumplen también su misión profética
evangelizando, con "el anuncio de Cristo comunicado con el testimonio de
la vida y de la palabra". En los laicos, esta evangelización
"adquiere una nota específica y una eficacia particular por el hecho de
que se realiza en las condiciones generales de nuestro mundo": Su
participación en la misión real de Cristo.
Por
su obediencia hasta la muerte Cristo ha comunicado a sus discípulos el don de
la libertad regia, "para que vencieran en sí mismos, con la apropia
renuncia y una vida santa, al reino del pecado".
"Los
laicos, además, juntando también sus fuerzas, han de sanear las estructuras y
las condiciones del mundo, de tal forma que, si algunas de sus costumbres
incitan al pecado, todas ellas sean conformes con las normas de la justicia y
favorezcan en vez de impedir la práctica de las virtudes. Obrando así, impregnarán
de valores morales toda la cultura y las realizaciones humanas".
En
la Iglesia, "los fieles laicos pueden cooperar a tenor del derecho en el
ejercicio de la potestad de gobierno". Así, con su presencia en los
Concilios particulares los Sínodos diocesanos los Consejos pastorales; en el
ejercicio de la tarea pastoral de una parroquia la colaboración en los Consejos
de los asuntos económicos la participación en los tribunales eclesiásticos.
El
Significado del Discipulado.
Jesús
vino al mundo para hacer discípulos. Antes de ir en su primera misión para
realizar su primer milagro, Jesús llamo a hombres al discipulado. En el primer
día de su ministerio público, que fue después de su bautismo, Jesús se unió a
Juan, Andrés y Pedro. Al siguiente día se unió a Felipe y Nataniel; y "al
tercer día se hicieron unas bodas en Cana..., y fueron también invitados a las
bodas Jesús y sus discípulos..." (Juan 2:1,2)
¡Aquí
lo tienen! Jesús no comenzó su ministerio sin discípulos. Al momento de este
milagro ya tenía varios creyentes, pero Jesús estaba buscando algo más que solo
creyentes. ¡Jesús haría su obra solo con discípulos! (Por favor, observe que en
este artículo, hago referencia a creyentes como aquellos que no llegaron a
seguir a Jesús. Y hago referencia a discípulos como aquellos que han abandonado
sus propios planes para hacer solo lo que Jesús quería.) Entonces, creyentes en
Cristo había por todo Israel, pero solo los discípulos le siguieron y le
obedecieron.
Es
un hecho en la historia que Jesús hizo toda su obra a través de discípulos y no
a través de creyentes. Fue a través, y con sus discípulos, que ministro a
multitudes de creyentes y de no creyentes. Y cuando nuestro Señor partió, dio
este mandamiento a sus discípulos, (no a los creyentes que no habían entrado en
el discipulado), "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo."
(Mateo 28:19)
Jesús
hizo toda su obra en la tierra con, y a través de discípulos. El mando a sus
discípulos a hacer su obra hasta el fin de los tiempos.
El
Discipulado Significa Entusiasmo por Jesús.
Relativamente
hablando, no se puede encontrar un discípulo seco, así como no se puede
encontrar una uva seca en una viña saludable. Observe que en Juan 1, los primeros
discípulos comenzaron a testificar acerca de Jesús el mismo día en que lo
conocieron. Este patrón también se repetía en la iglesia primitiva como se
puede ver por estas palabras, "Pero los que fueron esparcidos iban por
todas partes anunciando el evangelio." (Hechos. 8:4) Dejamos de testificar
cuando perdemos el entusiasmo por Jesús, cuando cesa nuestra intimidad con VIDEO DISCIPULO
